Sobre nosotros

Nuestra misión

Que cada creyente sea transformado en un discípulo fiel de Cristo por medio de la gracia de Dios, comprometido a guiar y discipular a otros. Buscamos crecer juntos en unidad, en la fe y en el conocimiento del Hijo de Dios, hasta alcanzar la madurez y la plenitud de Cristo Jesús.

Cómo cumplimos la misión

Adorar a Dios con todo nuestro ser, en espíritu y en verdad.

Evangelizar a los perdidos, compartiendo el mensaje transformador de Cristo.

Incorporar a los redimidos a la familia de Dios, edificando una comunidad de fe.

Obedecer la Palabra de Dios, viviendo en santidad y fidelidad.

Utilizar nuestros dones y talentos para servir con amor y excelencia en la obra del Señor

Nuestra fé

Sólo la Biblia, que consta de los sesenta y seis libros del Antiguo y Nuevo Testamento, es la Palabra de Dios, plenamente inspirada y sin error en los manuscritos originales, escrita bajo la inspiración del Espíritu Santo y con autoridad suprema en todos los asuntos de fe y vida.

Hay un solo Dios vivo y verdadero, que existe eternamente en tres personas. Son iguales en toda perfección divina y desempeñan funciones distintas pero armoniosas en la obra de la creación, la providencia y la redención.

Dios Padre es el Espíritu personal, infinito, eterno y todopoderoso, perfecto en santidad, sabiduría, poder y amor, y es la primera persona de la Trinidad. Se interesa misericordiosamente por los asuntos de los pueblos, escucha y responde las oraciones, y salva del pecado y de la muerte a todos los que acuden a Él en arrepentimiento y fe por medio de Jesucristo.

Jesucristo es el Hijo unigénito de Dios, fue concebido por el Espíritu Santo y es la segunda persona de la Trinidad. Nació milagrosamente de una virgen, vivió una vida sin pecado y realizó milagros. Afirmamos su encarnación, enseñanzas, muerte expiatoria sustitutiva, resurrección corporal, ascensión al cielo, intercesión perpetua por su pueblo y su regreso personal y visible a la tierra. Jesucristo es el único mediador entre Dios Padre y la humanidad.

El Espíritu Santo es la tercera persona de la Trinidad y es enviado por el Padre y el Hijo para convencer al mundo de pecado, justicia y juicio, y para regenerar, santificar y dar poder a todos los que creen en Jesucristo. En el momento de la salvación, el Espíritu Santo, como el Ayudador, Maestro y Guía permanente, mora en cada creyente en Cristo y dota a cada creyente de dones espirituales para el ministerio a la familia de Dios y al mundo.

El propósito central de la revelación de Dios en la Biblia es llamar a todas las personas a tomar conciencia de su pecado, de la disponibilidad de la maravillosa gracia de Dios y de la necesidad de arrepentimiento y fe que resultan en perdón completo y comunión con Dios. Todas las personas son pecadoras por naturaleza y por elección y, por lo tanto, están bajo el juicio de Dios. Aquellos que invocan al Señor Jesucristo para perdón, creen en Su resurrección y lo reciben como su Salvador, reciben la salvación, el perdón de sus pecados y son regenerados por el Espíritu Santo a una nueva vida en Cristo. Este acto de salvación se basa únicamente en la gracia y la misericordia de Dios, no es el resultado de las acciones
o la bondad humanas.

Jesucristo vendrá nuevamente a la tierra, personalmente y visiblemente, para establecer su reino y cumplir el plan eterno de Dios para la creación. La muerte física sella el destino eterno de cada persona. Para cada persona habrá resurrección del cuerpo, el juicio final ante Dios, el gozo eterno en el cielo para los que están en Cristo Jesús, o el sufrimiento sin fin en el infierno para los que no han recibido la
salvación.

La Iglesia consiste en un cuerpo espiritual vivo de creyentes, del cual Jesucristo es la cabeza y todos los creyentes regenerados son miembros. La Iglesia existe tanto como una comunidad mundial de la familia de Dios como en una congregación local específica que consiste en una comunidad de creyentes en Jesucristo que están comprometidos a seguirlo en obediencia. Los creyentes de una iglesia local son llamados por Dios a reunirse para dedicarse a la adoración, la oración, la enseñanza de la Palabra de Dios, la observancia del bautismo y la comunión como ordenanzas establecidas por Jesucristo. Los creyentes deben tener comunión y cuidarse unos a otros mediante el desarrollo y uso eficaz de los dones y recursos espirituales. La comisión de la iglesia local es proclamar el Evangelio de Jesucristo haciendo discípulos en el mundo, comenzando en sus propias comunidades y alcanzando transculturalmente hasta los confines de la tierra.

El Señor Jesucristo ha instituido dos ordenanzas para que la iglesia local las observe obedientemente: el bautismo y la Cena del Señor. El bautismo cristiano es la inmersión del creyente en agua en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. El bautismo no constituye la salvación, sino una profesión pública de fe de que una persona ya ha experimentado la salvación. Las Escrituras enseñan que los elementos de la Comunión, o la Cena del Señor, no tienen ningún poder místico o sobrenatural, sino que fueron dados por Jesús como símbolos del sacrificio de Su cuerpo y Su sangre como expiación por los pecados del mundo. La familia de Dios debe observar y administrar estas dos ordenanzas hasta el regreso del Señor Jesucristo.

Nuestra Denominación

La Iglesia Roca Eterna pertenece a la denominación llamada la Alianza Cristiana y Misionera.